El buen tiempo no solo hace salir a la calle a personas que buscan disfrutar del sol y las horas de luz. También salen los timadores y los profesionales del fraude. En esta disciplina se encuentran muchos que aseguran ser masajistas y proveedores de soluciones milagrosas.
El fraude del masajista callejero
Es muy probable que el fraude del masajista que ofrece sus servicios por la calle sea el más fácil de detectar. Sin embargo, todavía sigue habiendo casos de personas que acuden a la consulta de un fisioterapeuta con numerosas e importantes lesiones, después de haber pasado por estas personas en plena calle. Algunos tienen una alta capacidad de convencimiento a través de la verborrea, otros se valen de sus nacionalidades y razas para “vender” remedios ancestrales de sus lejanas tierras. Lo cierto es que, aún en la calle, logran convencer a muchas personas de que son masajistas profesionales y les acaban ofreciendo sus servicios.Cómo evitar el fraude de los masajistas no profesionales
Una solución aceptable es negarse a recibir un masaje en plena calle. Pero no todos los timadores del sector proporcionan sus servicios de esta forma. Algunos tienen establecimientos donde dar masajes o, incluso, van a domicilio. En ambos casos, es importante buscar títulos profesionales que estén avalados por entidades públicas, por ejemplo, universidades. Ante la ausencia de diplomas o licenciaturas universitarias, es mejor declinar la oferta del masajista, por atractiva que parezca.Por qué rechazar los servicios de estas personas
Realizar un masaje profesional no es, ni mucho menos, acariciar la piel. Se trata de un proceso invasivo que requiere de conocimientos profundos del cuerpo humano en cuanto a musculatura, nervatura y posibles trastornos traumatológicos. Quienes desconozcan esta información o tengan limitado manejo de ella pueden causar problemas en los cuerpos que manipulen, en lugar de solucionar los existentes. Por eso, la mejor opción para recibir un masaje de calidad es solicitar los servicios de un fisioterapeuta o un masajista profesional con titulación superior y que pueda ser comprobada. Recibir una titulación es un orgullo y los profesionales reales no dudan en exhibirla en las dependencias donde trabajan.
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