El documental Super Size Me, experimento que levantó polémica en Estados Unidos y el mundo entero, logró lo que hasta aquel 2004 no había alcanzado ningún estudio científico de rigor: que la gente se diera cuenta de los efectos secundarios que puede tener el alto consumo de la llamada comida rápida.
Miles de estudios avalan lo que el documentalista Morgan Spurlock trató de demostrar. Sin embargo, algunos científicos se mostraron contrarios a este experimento precisamente por la carencia de otras pruebas. Cierto es que gracias a Super Size Me, muchas personas alrededor del mundo dejaron de comer en la conocida cadena de restaurante o disminuyeron el consumo de la comida basura.
Obesidad globalizada
La globalización de la obesidad y de la diabetes sacarina (o diabetes mellitus) es una peste que golpea principalmente a las sociedades de países industrializados, pero la misma empieza a sentirse en otras naciones en vías de desarrollo.
“Uno de los problemas es que tendemos a socializar ese tipo de comida" [refiriéndose a la comida rápida], afirma Robert Kenner, director y productor del documental Food, INC. "No solamente en Estados Unidos la gente se vuelve loca por un Big Mac y por coca cola, eso pasa en todo el mundo. Sin embargo, creo que cada vez hay más conciencia de que no es nada sano; estamos viviendo un fenómeno como el que ya vimos con el tabaco”.
Ante la alarma por el alto índice de obesidad, señalando como principal responsable a la llamada fast food, en Estados Unidos han desaparecido del menú de algunos restaurantes de comida rápida la denominación supersize (gigante), y como por arte de magia han sacado del sombrero ofertas de ensaladas con tiritas de pechuga de pollo con cero por ciento de grasa aderezadas con yogurt.
“Es un signo de qué tan mal estamos al respecto en Estados Unidos" comenta Eric Schlosser, autor del bestseller Fast Food Nation. "Es una paradoja de que sean las cadenas de comida rápida quienes inicien campañas de alimentación saludable, porque se supone que es el gobierno el responsable de las políticas de nutrición”.
Favorecidos con la crisis económica
Según datos citados en el documental Food, INC, uno de cada tres americanos nacido después de 2000 puede contraer diabetes mellitus, y entre las minorías (latinos y afroamericanos, sobre todo) se daría el caso de una de cada dos personas.
Aparte de las casas de empeño, los restaurantes de comida rápida constituyen uno de los grandes favorecidos de la crisis económica mundial. “Se aprovechan de la pobreza . Los más sanos y mejor educados de la sociedad ya no van a los restaurantes de comida rápida, y eso ya ha sido un gran cambio en los últimos 17 años”, acusa Schlosser.
Sin embargo, los padres de familia se enfrentan al gran reto de convencer a sus hijos, cualquiera que sea su edad, de que existen otros sabores más allá del de la grasa, el azúcar y el de la sal, esa “maldita” trinidad de la que tanto se abusa en cada una de las especialidades de los restaurantes de comida rápida.
Michael Pollan, periodista, activista, profesor de la Universidad de Berkeley y padre de un adolescente, no pierde la oportunidad para acusar: “En Estados Unidos se está enseñando a los niños en la escuela a comer comida rápida en 10 minutos, y ¿estamos sorprendidos de que tengamos nuevas generaciones de fast food junkies?”
La fuerza del cambio
“¿Cuánto sabe usted en realidad de la comida que compra en el supermercado y que le sirve a su familia?” Ha sido el punto de partida de Food,Inc., nominado al Oscar como Mejor Documental en 2009.
Convencidos de que se puede cambiar el mundo con cada mordisco, votando tres veces al día con cada comida, Robert Kenner (productor y director) y los autores Eric Schlosser y Michael Pollan desvelan en el mencionado documental los secretos de la industria alimenticia estadounidense, la cual se ha hecho con un gran poder en detrimento de la salud de los consumidores, del sustento y miedo de los agricultores, así como de la seguridad de los trabajadores y hasta del medio ambiente.
Una de las afirmaciones que salta a la vista en este documental es que la industria alimenticia de hoy comenzó en los años 40 con la idea de los hermanos McDonald's, la cual daría origen a la comida rápida. Disminuir costos, simplificar el proceso, llevar el concepto de fábrica a la cocina, es un gran éxito hasta nuestros días.
Poderosa industria
Eric Schlosser pone de manifiesto una de las grandes paradojas: “En relación a la carne, McDonald's ejerce controles más fuertes que el mismo gobierno. El año pasado [2008] hubo en Estados Unidos una retirada en masa de la carne de los supermercados, cosa jamás vista en la historia, lo que sentó un precedente para los cambios que las cadenas de comida rápida empezaron a hacer en gran medida”.
El país de los grandes supermercados, de impresionante variedad de productos, está manejado por una industria de pocas empresas, negada a revelar de dónde vienen los alimentos, ya que saben que la gente dejaría de comerlos.
“Una de las razones por las cuales hicimos la película Food,INC. fue para ayudar a la gente a establecer la relación entre política, salud y la industria alimenticia en Estados Unidos", sostiene Pollan. "Es cierto que existe una fuerte ideología que reza: tú eres responsable de tu salud, no tienes que tomar coca-cola, no tienes que ir al McDonald's; es decir, es una cuestión de responsabilidad personal. Sin embargo, la comida es barata en ese restaurante a causa de las políticas gubernamentales”.
0 comentarios :
Publicar un comentario